El Solsticio...

... o Sols, para los cuates...

El día de ayer seguimos con las grabaciones de las rúbricas del Congrueso de Comunicación UP. Los pequeños truhanes de segundo semestre y los truhanes de sexto llevamos toda la semana a pie de cañón. Algunos más que otros; sucede aquí una relación curiosa: a más chamba, se le asigna a menos gente. Así, somos diez, pero sólo cinco trabajan. Los demás hacemos guiones o nos hacemos de la vista gorda.

Después de grabar (y durante grabaciones, ¿para qué mentir?), uno de mis amigos truhanes de sexto (sin nombres, que no se trata de quemar a Rock) insistió en ir al Sols. Así que ahí empezamos la noche del viernes.

El Sols, para todos aquellos que me leen, se ubica justo enfrente de Gayosso de Félix Cuevas, arriba del "billar de los muertos" (bautizado así por su ubicación). Está abierto desde las 10 am y todo el día es 2x1 en bebida nacional. Con treinta pesos, te puedes tomar dos chelas sin broncas. Es un lugar de absoluta perdición con estética de ostionería.

Después del Sols, todo fue muy rápido: ir a cenar al Naranjito, pasar a metro Ermita por la novia de otro de mis amigos, ir al depa de mi novio, del depa de mi novio a recojer el collarín de Andru (lo dejó en la bolsa de Pinkus, truhana menor) y del collarín a la chesta de Jessica, una niña del salón. El acabose.

Mugrosos, cansados, algo bebidos y oliendo a cebolla, llegamos a la fiesta. Ahí estaban los demás (los minitruhanes se fueron al cine... qué fresas). Alcohol gratis, karaoke y horas de albures y debrayes. Me reí como hacía mucho no reía con mis amigos.

El problema (el único problema) es que bebí de más y hoy me siento de la tiznada. No puedo probar alimento, todo me da asco y tengo mucha sed. Sip, la peor cruda desde la cruda que me dio en las vacaciones. Y estoy bien triste porque hoy cumplo seis meses con mi novio y no me siento como para salir.

Ah... el Sols. Lugar de perdición predilecto de los truhanes, donde beber es fácil, barato y accesible por aquello de las distancias. Pero como en todo, el Sols no se hace cargo de las consecuencias posteriores a su visita.