21 de febrero de 2008

Entradas Mario Netas - I


El Reforma publica todos los martes el espacio de entrevistas de uno de mis comunicadores favoritos: el señorón Mario Netas.


He aquí algunas de las más memorables entradas a su programa:


-Y que le digo: "no, no soy ingeniero en sistemas", y que me dice la secretaria: "¿y entonces por qué me chulea el teclado?"


-Y que le hablo por teléfono y le digo: "voy a llegar tarde, se me pegaron las sábanas", y me dice: "¿por qué, te desvelaste mucho?", y que le digo: "no, quién sabe qué soñé".


- Y en la tienda de muebles me dice: "a ver, saca el metro", y que le digo: "¿aaaquííí?"


- Y que me dice: "¿en serio me vas a llevar a Uruguay?", y que le digo: "no, nomás te voy a enseñar la punta del este".


Hahahaha. Bueno ya, que no se trata de hacer un espacio feo ni vulgar.

"Cuando la luna se pone regrandota...

...como una pelotota y alumbra el callejón...."

Ayer fuímos mi novio Luis, el Vane, Rodas y yo al Zócalo a ver el eclipse. En realidad había olvidado por completo mis ganas de ir, pero todo se conjugó para poder estar ahí: hoy jueves no tuve examen, Luis no tuvo clases ayer en la tarde y los demás dijeron "bueeeenoooo" y se unieron a la aventura urbana.


Llegamos al Zócalo como a las seis. Había mucha gente formada para usar los 100 telescopios instalados. Aplicamos los relevos australianos: dos nos quedábamos haciendo fila y dos se iban a pasear 20 minutos. Cuando me tocó ir a dar la vuelta, fuímos a las carpas instaladas alrededor del "observatorio", sólo para descubrir el instinto de rapiña de la masa: dondequiera que regalaban algo, la gente se avalanzaba cual fiera hambrienta. Había gente que se formaba, pero daba más coraje estar esperando de forma civilizada para que llegaran las manadas de salvajes a pelearse por un pedazo de póster.


Nos dieron las siete y algo, y la gente empezó a acceder a los telescopios. Entramos los cuatro, después de que un horrible señor se nos intentó "colar" y que a Rodas le diera un ataque de pánico ante la "Chupitos" reloaded (era una especie de mujer disfrazada de bola disco meets anarquista meets Tatiana meets chico banda...). Vimos la luna, con todo y cráteres, en el telescopio. Yo quería ver Saturno (de hecho, ésa era mi motivación principal), pero el planeta se vería más tarde y si quería verlo en el telescopio, nos íbamos a tener que formar otra vez. Fuímos a otro telescopio (los lacras) y volvimos a ver la luna. Casi convencemos a las chavas del segundo telescopio de dejarnos quedarnos ahí a "tontear" hasta que Saturno fuera visible, pero un seguriman nos condujo hacia la salida.


Como las filas eran interminables, decidimos irnos a la azotea del depa de Luis a seguir viendo el eclipse. Así que fuímos a casa de Rodas por el carro, unos binoculares y cuatro envases de caguama. Surtidos de provisiones, un sleeping y cobijas, llegamos a la azotea.


Ya en la azotea, nos dió la más absoluta de las simplezas: que si la brasileña, que si el cielo era una pantalla y los alienígenas habían montado un espectáculo--el eclipse--para nuestra diversión, que si casi se le quema la cara a Rodas prendiendo un cigarro... y que si las profecías mayas. Todo empezó porque Rodas y el Vane, en su "break" de 20 minutos vieron a un cazador de ovnis con todo y aparato (sin albur) localizador de naves extraterrestres (que era como un radio vil); además de escuchar la conversación de dos sujetillos que aseguraban que el eclipse iba a traer un nuevo periodo en los ciclos cósmicos, al tiempo que se preguntaban "¿y si los mayas tenían razón?"


Sin más, corrieron el debraye y las chelas. En el año 2012, los mayas se levantarían de nuevo, ahora como zombies, para intentar acabar con la civilización y reimplantar la suya. O algo así. La luna se veia impresionante con los binoculares y vimos cómo fue de rojo a blanco una vez más.


Después entramos al depa para seguir cheleando y cerrar la noche con un concurso de eructos que, de manera lamentable, yo empecé y al cuál, de manera lamentable, no pude aportar nada más.





El video más dulce...

Ví este video el miércoles porque me gusta mucho la rola y soy fan de Spider-Man, pensando que encontraría otro video con escenas de la película y la banda tocando arriba de un edificio imaginario o qué sé yo.

Pero encontré esto:



Y me hizo el día :D

Snow Patrol - Signal Fire

18 de febrero de 2008

I luv geex!!!


Sip. Amámos a los geeks.
Lástima que Carla nunca accedió al ridículo público. Pero hacía las veces de la "bully" que nos quitaba el lunch.
¡Las quiero, freaks!

16 de febrero de 2008

"Híjole joven, señorita, me van a tener que acompañar..." I


Un viernes. Son como las dos de la mañana. Estamos mi novio y yo en la avenida afuera de mi privada, con el coche estacionado a un lado de la entrada. Nos estamos despidiendo; me vino a traer después de ir a cenar tacos al pastor, pues tuvo un examen muy pesado del que salió a las nueve de la noche y yo tuve dos días infernales de exámenes y "Expofúnebre". En fin, me quito el cinturón de seguridad y nos empezamos a besar, cuando se oye un "toc-toc" en la ventana del carro. Una linterna y una voz con sonsonete: "salga joven".

Así es. La "ley". Un polecía le pide a mi novio que se baje del carro y le muestre su identificación. Otro uniformado se da la vuelta y toca en la ventana del copiloto, donde estaba yo sentada.

POLI 2: ¿Se encuentra bien señorita?
YO: Sí, es mi novio y me acaba de traer a mi casa, vivo ahí. ¿Cuál es el problema, oficial?
POLI 2: ¿Segura que está bien señorita? A ver, su identificación.
YO: (dándole mi IFE) Sí poli, estoy bien; (mustiamente) ¿pero cuál es el problema? (Se escucha la discusión de mi novio con el POLI 1)
POLI 2: No, pos, usté sabe... esque no debería manejar con aliento alcohólico el joven (TOING!!!)
YO: ¿Ebriedad? ¡Pero si venimos de cenar tacos! Se tomó un agua de guanábana y yo una de hórchata... venimos de la escuela porque tuvimos un día muy pesado...
(se oye más discusión)
¿Poli, hay necesidad de que se pongan así con él?

Se sube mi novio, me dice que si traigo dinero, pero no traigo un peso. Me da su monedero (el cuál parece de vieja) y me dice que saque cien pesos. Se baja, le da la lana al poli y nos dejan en paz.

Resulta que mientras el POLI 2 me decía a mí que la bronca era por el "aliento alcohólico" de mi novio, el POLI 1 nos acusaba de... sí, adivinaron, faltas a la moral. Mi novio le explicó la situación, que venía a traerme y que con sus acusaciones (sobra decir falsas) me ofendía. Y también por estar estacionados "a media avenida" (¿qué eso no le compete a la policía de tránsito?). Le dijo que me dejara quedarme, pero el POLI 1 se refirió a mí como "la evidencia" y que teníamos que ir al municipio, a menos que se nos "ocurriera" otra forma de arreglarlo. Mi novio le dijo que, como tuvimos que pagar la cena, no traíamos mucho dinero, pero que vería si yo traía más. Fue cuando se subió y me dio su monedero.


Sobra decir el coraje y la impotencia que sentí en el momento. Debímos haber ido al municipio y no permitir que estos pseudo-policías nos robaran de semejante manera. Pero he de confesar que era la primera vez que me detenía la patrulla (bueno, una vez nos detuvo por pasarnos el alto, pero yo iba con Boris y compañía y no pasó nada). Tuve miedo de pasar la noche en la cárcel (hahaha, ya sé, qué tonta). Y de que mi mamá les creyera a los polecías. Después, lo tomamos con humor... todavía si de verdad hubiera habido motivo y hubiera valido la pena...




¿Y este tipo de gente es la que nos detuvo por "faltas a la moral"?

"Híjole joven, señorita, me van a tener que acompañar..." II


Son las tres de la mañana. Estamos afuera de la privada en la que vivo, la cuál está sobre una avenida en el bendito Establo de México. Mi novio y yo estamos en su coche-el "batsuru"-neceando sobre algo que ya no recuerdo qué era, pero que me tenía realmente perturbada. Como veníamos de una fiesta en su depa, yo había dormido todo el camino y ninguno de los dos tenía la capacidad verbal para seguir argumentando nada (él por el cansancio, yo por la cerveza y el sueño), decidí despedirme con el ya clásico "da igual". Las cosas se tornaron... melosas. De la necedad a la necesidad del otro; una despedida larga, de ésas que tardan tanto en concluir, cuando de pronto (y de la nada) se para una patrulla junto a nosotros (¡mmta madre!). Se bajan dos policías (o drogadictos, o rateros, o imbéciles, no sé bien).


POLI 1 (con clásico acento de que han pasado demasiado tiempo conviviendo con pura finísima persona): Abran la puerta.

(abrímos la puerta, molestos y con cara de "ya valió...")

POLI 2 (a mi novio): Salga del auto, joven. Préstenme su identificación, los dos.

MI NOVIO: ¿Por qué nos detiene, si no estábamos haciendo nada?

POLI 1 (a mí): Señorita, su identificación. ¿A qué se dedican?

YO: (dándole mi IFE) Estudiantes.

POLI 1: Ah, pues también présteme la credencial de su escuela. Y saque todo lo que tenga de su mochila... ¿no traen droga, verdá?

YO: ¿Qué?

POLI 2: Híjole joven, señorita, me van a tener que acompañar... faltas a la moral (TOING!!!)

Para no hacer el cuento largo, nos acusaron de estar teniendo relaciones en el carro, revisaron el contenido de las bolsas del pantalón de mi novio, el contenido de mi mochila y el carro (valiéndoles madre que el "batsuru" tiene un logo de la SEDENA) y nos treparon a la patrulla, disque para hablar y "ver como podíamos resolver la situación". Mi novio y yo no teníamos un varo (él apenas 50, yo 20 pesos). Los polis no nos creyeron, por supuesto, por lo que amenazaron con llevarnos al MP, pues estaban "cumpliendo con su deber". Les dijímos que no teníamos nada más, y que ellos ya habían revisado nuestras cosas. Siguieron insistiendo en que si traíamos droga (¿para ellos, para venderla?).


Después de un rato de pasearnos en la patrulla, amenazaron con hablarle a mis padres e incluso hicieron la finta de que le decían al portero de la privada que fueran a mi casa por mi mamá (revisaron mi dirección en mi IFE). Como no tenía intención de pasar la noche en el MP ni de que mi mamá les diera más dinero para que nos dejaran en paz, me negué y preferimos buscar la forma de resolverlo nosotros con los polis. Les ofrecimos el celular de mi novio (yo escondí el mío, por mero instinto), nuestro dinero y un USB de 1G súper jodido, con el logo de la Coca-Cola, sin tapa y que casi no uso "que vale como quinientos pesos, poli, se lo juro". Le empecé a explicar el funcionamiento de la memoria, pero el poli se lo tomó personal: "pos si no somos ipnorantes, señorita". Ni hablar. Hasta un encendedor les ofrecimos. Me volvieron a pedir que sacara todas mis cosas de la mochila y el recabrón del POLI 1 revisó mi agenda de la escuela, buscando no sé qué y, como encontró el número viejo de mi casa, amenazó con hablar a ella (para esto, pude mandar dos mensajes: uno a un amigo abogado y otro a mi mamá para que no abriera en caso de que fueran a buscarla).


Nos quitaron:

1. El celular de mi novio, con todo y chip: "Poli, deme mi chip aunque sea ¿no?" "Uy chamaco, no te pongas exigente y ya vete".
2. Como 80 pesos que juntamos con todo nuestro cambio.
3. El USB con un valor real como de cincuenta pesos.
4. El manos libres de mi celular (¿para qué carajos quieren un manos libres roto y mugroso de un celular que yo no tenía conmigo porque les dije que me lo habían robado?)
5. Como una hora de nuestra vida.


Me regresaron identificaciones y el POLI 2 me dijo, sin más, que por esta ocasión nos iban a dejar libres, hablándome por mi nombre, pero que no se volviera a repetir (¿qué, me pregunto?).


Así que regresé a mi casa a las 4 y media. Le pregunté al portero qué le había dicho el policía, pero me preguntó sin más que qué policía. Parte del show del oficial, me dije. Me impresiona cómo tienen todo un montaje para sacarte dinero. Encontraron un recibo en mi mochila, del cajero, y me acusaron de mentirles, los muy hijos de satán, pero les dije que era un pago y que si tuviera dinero en la tarjeta, ya los habría llevado al cajero. Uno hasta se ofendió cuando les ofrecí el USB y me dijo que además estaba cometiendo un delito por intentar sobornarlo, el disque muy digno.

¿Seguridad, la autoridad? No lo creo. No digo que todos los policías sean rateros. Algunos son rateros y además unos infelices, como los de anoche. Como jugamos la carta de "somos inocentes y buenos y decentes y unos pobres estudiantes becados y además mi papá me pega y no quiero que se entere porque me va a sacar de estudiar", estaban fascinados. Nos trataban de meter miedo y nos decían que hasta íbamos a "salir casados" del MP. Idiotas. Logré quedarme con mi celular, al menos. Pero se llevaron mi manos libres, con los audífonos, y eso me pone muy triste porque soy muy adicta a la música y ahora tendré que oir las cumbias del camión de la mañana. Ni hablar. Malditos polecías.


¡Qué correctos, los oficiales!