16 de febrero de 2008

"Híjole joven, señorita, me van a tener que acompañar..." II


Son las tres de la mañana. Estamos afuera de la privada en la que vivo, la cuál está sobre una avenida en el bendito Establo de México. Mi novio y yo estamos en su coche-el "batsuru"-neceando sobre algo que ya no recuerdo qué era, pero que me tenía realmente perturbada. Como veníamos de una fiesta en su depa, yo había dormido todo el camino y ninguno de los dos tenía la capacidad verbal para seguir argumentando nada (él por el cansancio, yo por la cerveza y el sueño), decidí despedirme con el ya clásico "da igual". Las cosas se tornaron... melosas. De la necedad a la necesidad del otro; una despedida larga, de ésas que tardan tanto en concluir, cuando de pronto (y de la nada) se para una patrulla junto a nosotros (¡mmta madre!). Se bajan dos policías (o drogadictos, o rateros, o imbéciles, no sé bien).


POLI 1 (con clásico acento de que han pasado demasiado tiempo conviviendo con pura finísima persona): Abran la puerta.

(abrímos la puerta, molestos y con cara de "ya valió...")

POLI 2 (a mi novio): Salga del auto, joven. Préstenme su identificación, los dos.

MI NOVIO: ¿Por qué nos detiene, si no estábamos haciendo nada?

POLI 1 (a mí): Señorita, su identificación. ¿A qué se dedican?

YO: (dándole mi IFE) Estudiantes.

POLI 1: Ah, pues también présteme la credencial de su escuela. Y saque todo lo que tenga de su mochila... ¿no traen droga, verdá?

YO: ¿Qué?

POLI 2: Híjole joven, señorita, me van a tener que acompañar... faltas a la moral (TOING!!!)

Para no hacer el cuento largo, nos acusaron de estar teniendo relaciones en el carro, revisaron el contenido de las bolsas del pantalón de mi novio, el contenido de mi mochila y el carro (valiéndoles madre que el "batsuru" tiene un logo de la SEDENA) y nos treparon a la patrulla, disque para hablar y "ver como podíamos resolver la situación". Mi novio y yo no teníamos un varo (él apenas 50, yo 20 pesos). Los polis no nos creyeron, por supuesto, por lo que amenazaron con llevarnos al MP, pues estaban "cumpliendo con su deber". Les dijímos que no teníamos nada más, y que ellos ya habían revisado nuestras cosas. Siguieron insistiendo en que si traíamos droga (¿para ellos, para venderla?).


Después de un rato de pasearnos en la patrulla, amenazaron con hablarle a mis padres e incluso hicieron la finta de que le decían al portero de la privada que fueran a mi casa por mi mamá (revisaron mi dirección en mi IFE). Como no tenía intención de pasar la noche en el MP ni de que mi mamá les diera más dinero para que nos dejaran en paz, me negué y preferimos buscar la forma de resolverlo nosotros con los polis. Les ofrecimos el celular de mi novio (yo escondí el mío, por mero instinto), nuestro dinero y un USB de 1G súper jodido, con el logo de la Coca-Cola, sin tapa y que casi no uso "que vale como quinientos pesos, poli, se lo juro". Le empecé a explicar el funcionamiento de la memoria, pero el poli se lo tomó personal: "pos si no somos ipnorantes, señorita". Ni hablar. Hasta un encendedor les ofrecimos. Me volvieron a pedir que sacara todas mis cosas de la mochila y el recabrón del POLI 1 revisó mi agenda de la escuela, buscando no sé qué y, como encontró el número viejo de mi casa, amenazó con hablar a ella (para esto, pude mandar dos mensajes: uno a un amigo abogado y otro a mi mamá para que no abriera en caso de que fueran a buscarla).


Nos quitaron:

1. El celular de mi novio, con todo y chip: "Poli, deme mi chip aunque sea ¿no?" "Uy chamaco, no te pongas exigente y ya vete".
2. Como 80 pesos que juntamos con todo nuestro cambio.
3. El USB con un valor real como de cincuenta pesos.
4. El manos libres de mi celular (¿para qué carajos quieren un manos libres roto y mugroso de un celular que yo no tenía conmigo porque les dije que me lo habían robado?)
5. Como una hora de nuestra vida.


Me regresaron identificaciones y el POLI 2 me dijo, sin más, que por esta ocasión nos iban a dejar libres, hablándome por mi nombre, pero que no se volviera a repetir (¿qué, me pregunto?).


Así que regresé a mi casa a las 4 y media. Le pregunté al portero qué le había dicho el policía, pero me preguntó sin más que qué policía. Parte del show del oficial, me dije. Me impresiona cómo tienen todo un montaje para sacarte dinero. Encontraron un recibo en mi mochila, del cajero, y me acusaron de mentirles, los muy hijos de satán, pero les dije que era un pago y que si tuviera dinero en la tarjeta, ya los habría llevado al cajero. Uno hasta se ofendió cuando les ofrecí el USB y me dijo que además estaba cometiendo un delito por intentar sobornarlo, el disque muy digno.

¿Seguridad, la autoridad? No lo creo. No digo que todos los policías sean rateros. Algunos son rateros y además unos infelices, como los de anoche. Como jugamos la carta de "somos inocentes y buenos y decentes y unos pobres estudiantes becados y además mi papá me pega y no quiero que se entere porque me va a sacar de estudiar", estaban fascinados. Nos trataban de meter miedo y nos decían que hasta íbamos a "salir casados" del MP. Idiotas. Logré quedarme con mi celular, al menos. Pero se llevaron mi manos libres, con los audífonos, y eso me pone muy triste porque soy muy adicta a la música y ahora tendré que oir las cumbias del camión de la mañana. Ni hablar. Malditos polecías.


¡Qué correctos, los oficiales!



2 comentarios:

Drew dijo...

jajajajajajaja.... chiiale jane, y que te capturan jaja, la neta ya sostuve una entrevista con los polis y su vesion es muuyy diferente ... pero es lo bonito de vivir en un pais tan magico y extenuantemente hermoso... a la otra vayanc a un parquesito o algo asi jajaja....

JoCeLyNe dijo...

hahahaha.
chale, un parquecito...
saludos drew :D