Ahora entiendo el (posible) origen de mis problemas: aún no repongo mis audífonos.
Soy completamente dependiente de la música. Creo fielmente que la música domina las pasiones--apacigua a las bestias, para que me entiendan. Y yo puedo ser muy bestia de vez en cuando; tanto, que necesito del estímulo constante de la música, la radio o el sonido.
Así que he andado dos semanas sin audífonos. En la mañana tengo que escuchar el ruido del metro, cuando me va bien; lo peor que me ha tocado es una hora en el camión oyendo reggaetón. Eso no se le hace a nadie.
Además, nunca leo el periódico. No es porque no me guste, sino por falta de tiempo y dinero. Lo mismo me pasa con el cine, pero eso es harina de otro costal. La fuente de información que poseo: la radio. Amo levantarme temprano y sintonizar los noticieros que empiezan antes de las seis de la mañana. Pero sin audífonos no puedo. Y como consecuencia, no me entero de nada de lo que pasa en el mundo. Extraño oír a papá Curzio o a Martín Espinoza e imaginarlo tan bonachón, tan buena gente.
Así que creo que la crisis que traigo; la psicosis de la que soy víctima, se debe a que no tengo audífonos y me hace falta mi droga musical diaria.
Soy completamente dependiente de la música. Creo fielmente que la música domina las pasiones--apacigua a las bestias, para que me entiendan. Y yo puedo ser muy bestia de vez en cuando; tanto, que necesito del estímulo constante de la música, la radio o el sonido.
Así que he andado dos semanas sin audífonos. En la mañana tengo que escuchar el ruido del metro, cuando me va bien; lo peor que me ha tocado es una hora en el camión oyendo reggaetón. Eso no se le hace a nadie.
Además, nunca leo el periódico. No es porque no me guste, sino por falta de tiempo y dinero. Lo mismo me pasa con el cine, pero eso es harina de otro costal. La fuente de información que poseo: la radio. Amo levantarme temprano y sintonizar los noticieros que empiezan antes de las seis de la mañana. Pero sin audífonos no puedo. Y como consecuencia, no me entero de nada de lo que pasa en el mundo. Extraño oír a papá Curzio o a Martín Espinoza e imaginarlo tan bonachón, tan buena gente.
Así que creo que la crisis que traigo; la psicosis de la que soy víctima, se debe a que no tengo audífonos y me hace falta mi droga musical diaria.
3 comentarios:
Una vez perdí mi ipod por dos días y me provocó una severa crisis contra el mundo. La música es vital. Ojalá repongas tus audífonos pronto. Me late tu blog, y somos colegas!
Te visitaré.
am: gracias x la visita :D
estaremos pues, en contacto.
lo se primor.
tb tenia una extraña obsesion
por ver a loret de mola
en la madrugada..
tan bonachon el..
jajaja
te quieroo!
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