
hoy: van a ser las 12 de la noche. Lloré como Magdalena. Me desahogo escribiendo en el blog. En el tumulto de mi día, previo al 30 de abril, recordé como de milagro la sensación que dicha fecha nos causaba: deseo de que "ya fuera mañana", ganas de correr, el sabor de los dulces, las risas, entrar a todos los juegos. La tan trillada "inocencia de cuando se es niño" (que a mí me sabe a cero obligaciones más que la de jugar con mi perra o ver determinado programa). El hecho de que todo lo que te dolía era una muela (o la panza por tanta mugre) y todo lo que podía lastimarte era una piedra (por aquello de las caídas) o un fantasma en tu cabeza. Hoy, a mis 22 años, festejaré el Día del Niño con un congreso sobre la TV y los Efectos en niños menores de 2 años... ni hablar.
(pero mi mamá nos sigue viendo como chiquillos y nos compró unos chocolates que se supone que yo no he visto aún... cuiiii!!! )
FELIZ DÍA DEL NIÑO. NO DEJEN DE SOÑAR.
2 comentarios:
Sí, nunca dejarán de vernos de otra manera... las mamás. Hoy me despertó una llamada de mi madre diciendo felicidades.. yo no sabía a qué se refería. Ya después capté.
Creo que se te olvida que cuando niños, también había amores y amores imposibles. Sam, de Love Actually, lo dice muy bien:
Worse than the total agony of being in love?
Y tenía 12 años.
hahahahahaha sip sip... los amores imposibles y los que cambiaban con el año escolar. Things were easier.
Publicar un comentario